
Nos perdimos las presentaciones y comenzamos
dándonos cuenta de la enorme variedad de legumbres de la comarca anfitriona, el
Sobrarbe, a través de las explicaciones de Jorge Ezquerra de la red de
hortelanos del Sobrarbe, que nos enseñó algunas de ellas, recuperadas por esta
asociación. Y como colofón, algunos afortunados (los 40 más rápidos en
inscribirse) pudieron disfrutar de una cata de judías de diferentes puntos de
Aragón, preparada por Luis Berzosa y Pedro Ramos.
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Catando color, olor, sabor... de las judías |
Continuando las charlas se presentó Ixada,
una cooperativa de cuatro jóvenes del Sobrarbe, salida del taller de empleo de
agricultura ecológica. Tras un año de prácticas y adquisición de conocimientos,
la amistad e inquietudes similares los embarcó en este proyecto común, que ya
comienza a ser realidad. Muchos de los presentes firmaron avales mancomunados
para apoyar esta iniciativa que se está financiado a través de coop57 (qué haríamos sin esta cooperativa de economía social). En el blog de Ixada encontrarás información de cómo ayudarles.
El ambiente ya era muy bueno, pero lo mejoró,
todavía mas, cuando por sorpresa aparecieron dos miembros de encantarias con un
cantar de ciego que fue respondido por un mar de carcajadas en respuesta a la
historia cómica que nos trasladaban. Encantarias
es una cooperativa de servicios turísticos-socio-culturales que realizan
visitas guiadas teatralizadas a varias localidades de la comarca.

Todas las experiencias comentadas, tenían el
denominador común de haber conseguido con unos pocos ejemplares recuperar la
especie y trabajar para hacerla productiva, así como el interés y la
sensibilidad por conservar estas especies de aquí y realizar prácticas
agroambientales muy importantes para la conservación de la naturaleza, pero
siempre limitado por una salida comercial, que conlleva para los productores
problemas para conseguir una ganadería que pueda estar certificada como
ecológica: sobre todo en el tema de piensos, cantidad de la producción y
condiciones del terreno.
Tras una comida multitudinaria, como tiene
que ser, vegana, local y ecológica, la tarde comenzó con dos estupendos
talleres, donde el problema resultó elegir uno de los dos, o el de semilleros o
el de injertos y nos metimos en este segundo impartido por miembros del CITA y
de la red de semillas.
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Taller de injertos |
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Charla de Gustavo Duch |
Luego, ya tod@s de nuevo junt@s, llegó la
charla “comer sin lavarse las manos” de Gustavo Duch, al que tuvimos la suerte
de escuchar por segunda vez en dos días, ya que el día anterior fue el ponente
de nuestras jornadas “miradas críticas”. Próximamente pondremos un enlace de
video y audio a estas charlas. Utilizó palabras de Galeano que las sentimos
cercanas “estamos embarazados de un mundo nuevo”. “Sin lavarse las manos”
es un libro de cuentos de Gustavo, que nos ha gustado mucho. Son historias del
día a día de aquí y de otros puntos del planeta, que a pesar del drama que
conlleva la normalidad de ser afectado por las consecuencias e impactos de las
actividades de las grandes corporaciones (sean agrotóxicas o energéticas), nos
mandan mensajes muy positivos que nos llevan a tener más ganas en conseguir una
transformación social, a través de la soberanía alimentaria.

Con la proyección del corto “¿Por qué dixamos o nuestro lugar?” de
Carlos Baselga, que estuvo presente para su presentación y una cena a base de
chorizo y longaniza a la brasa, ofrecido por el ayuntamiento de Ainsa,
alrededor de una buena hoguera, única forma de aguantar las bajas temperaturas
de la noche, finalizó la primera de las dos jornadas. Nosotros nos volvimos, no
pudimos estar el domingo, pero según las crónicas estuvo igual de bien que el
sábado.
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